sobre nosotros, nuestros orígenes

Tres generaciones

Todo comenzó gracias a nuestro abuelo Manuel, quien creció sorteando riachuelos. Sus manos parecían hechas más de tierra y piedra que de hueso y piel. El empedrado detrás de su casa era un camino que podía llevarle a un sinfín de aventuras tras pasar el tercer tronco de olivo a la izquierda. 

Ni siquiera años después, cuando aquel tronco del camino envejeció por el tiempo, se permitió dejar de soñar. La abuela Asunción nos traía pan con aceite de oliva y cola cao, mientras le lanzaba reprimendas por contar aquella historia otra vez, cuando nos confesaba entre susurros que el campo le devolvía todos los cuidados que él le había proporcionado durante todos esos años, que aún se acunaba bajo su olivo favorito y podía escuchar el susurro de las ramas moverse de la misma forma en la que lo hacía cuando ni siquiera alcanzaba la más baja.

Y trazó los sueños en el aire y nosotros recogimos el fruto en la alfombra de su salón. Y decidimos que queríamos darle forma a todo aquello que tan feliz le había hecho, para devolverle un pedacito de la felicidad que el nos había brindado a nosotros. Aquella tarde en el salón de su casa, la Familia Ruiz se decidió a emprender el camino a la elaboración de nuestros aceites virgen extra de altísima calidad.

Manuel Ruíz

Nuestra finca

Un entorno único
Entre bosque, matorral mediterráneo, pinares y riberas

La importancia del entorno

Apostamos por cuidar nuestro entorno para cuidar el planeta y nuestra forma de vida

Entre bosque, matorral mediterráneo,
pinares y riberas.

Se encuentra en Villanueva de la Reina, municipio situado a las faldas del parque natural de Sierra Morena. La finca el Soldado es la cuna donde nace nuestro AOVE entre las cuarenta y seis hectáreas de olivos milenarios, campo a través, donde nuestros árboles se extienden a lo largo y ancho de la ladera de la Sierra y crecen con fuerza de la simiente.

Sus ramas acogen al jilguero y verdón como especie autóctona de la zona, donde encontrándose en su hogar, es al amanecer, cuando despuntan los rayos de sol que se cuelan entre las ramas de olivo que refugian a estas especies, que puede escucharse su cantar, acompañando a nuestros agricultores en su empeño de recoger la aceituna que nos brinda el exclusivo manjar que queremos compartir con vosotros.

Es gracias a ellos, quienes trabajan la tierra con sus manos, que ofrecemos un producto tan auténtico y real, sacado de la misma naturaleza. A ellos les debemos los ratos de descanso, donde acogidos por los troncos de nuestros olivos, compartimos agua y risas que acaban siendo el ingrediente secreto que jamás podría embotellarse.

Oliva

Tiempo, experiencia, maestría

La cosecha, el momento crucial y más bonito

El momento crucial y más bonito es cuando, después de tanto mimo y cuidado a nuestros olivos, empieza el arte de la recolecta en el mes de octubre, cuando el fruto madura y está listo para ser recogido por nuestros agricultores, cosechando el fruto de manera tradicional mediante vara y máquina vareadora, tirando el fruto al suelo donde se encuentran los fardos. Es aquí cuando la aceituna se amontona, desplazándola hasta el remolque encargado de transportarla hasta el molino.

Uno de los aspectos más importantes a la hora de obtener un buen zumo de aceitunas son los tiempos muertos por los que tiene que pasar la aceituna desde que se recoge hasta su entrada al molino, los cuales tienen que ser los más cortos posibles.

cosecha uvé